27 de octubre de 2018

La mueca

No todo el mundo está contento con lo que le depara el presente y no todos lo aceptan. Nos gustaría que la vida fuera de colorines y que a cada momento saltaran confetis a nuestro paso, pero esto no funciona así. Es muy diver pensar que todo se resuelve con palabras bonitas y con una sonrisa, pero no, tampoco eso resuelve los problemas. Queremos enseñar y educar a los adolescentes en lo guay, en lo positivo, en lo gratuito y no, eso no va a funcionar y les creará falsas expectativas. Les ocasionará frustración cuando no, una pequeña depresión que superarán cuando no tengan más remedio que luchar por resolver los problemas que les vienen. Lo peor no es que un adolescente tenga una crisis personal o que no tenga claro en su vida lo que quiere, lo decepcionante es que algunos adultos actúen como si ellos no hubiesen sido adolescentes.

Los adolescentes no son niños, aunque a veces actúen como niños. Y algunos adultos no son niños, aunque a veces actúen como adolescentes. A mi despacho llega todo el barro, os lo puedo asegurar. Todo el lodo en forma de presuntas agresiones verbales, de presuntos acosos, de problemas en definitiva, aunque me sienta dichoso en otras de poder resolverlos y aportar mi grano de arena.

Hoy Kharim y Sheila se han escondido en los servicios, no estaban en sus aulas. Los han estado buscando por el centro y por fín los han localizado los profes de guardia. A punto de llamar a la policía y a sus padres los han encontrado fumando en el último rincón imaginable. Seguro que Palo Mayor estará tramitando la expulsión correspondiente.

Hoy me dirijo al despacho de Reina Madre para entregarle una serie de informes y documentos.  Al entrar me mira: Ahora no, me dice. Hace una mueca con su cara desencajada. Supongo que será por el mal trago que se le viene encima, si no, no lo entiendo. Un mal día lo tiene cualquiera.